23/3/11

Tertulia en el Café Pombo



El coloquio de los intelectuales de antaño.

- Aunque no tenga hambre, le pido a mi mujer que me haga la cena igualmente y luego la tire a la basura. No quiero tenerla desentrenada.

- Qué curioso, en mi caso a pesar de que no me apetezca, le digo a mi mujer que tengo ganas de fornicar. Ante la negativa, le golpeo con la lámpara de noche, así le duele la cabeza de verdad y de esa forma no me miente.

- Yo por mi parte, si se niega muchas veces, me excito y termino por violarla. Se lo hago tan bien que llora de emoción.

- Yo a mi sagrada esposa no le hablo. Si he de copular con ella simplemente lo hago, y si se niega al día siguiente le vacío una botella de ácido de batería en los ojos y a mi hija igual, para que tome ejemplo. Acto seguido, eyaculo sobre sus quemaduras.

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