9/12/09


Pongamos que de pronto hablamos de la humildad.

De la humildad ante la tragedia y ante los que se han partido en dos.

A menudo nos comportamos con una gran estupidez cuando creemos que todo nos va bien.

Entonces despreciamos a los heridos por la vida, a los hondamente heridos, a los que se han visto obligados a confinarse en el pasado, a los melancólicos, a los depresivos.

Incluso caemos en la arrogancia de compadecernos de personas que valían más que nosotros pero que cayeron en desgracia y…

….se partieron en dos.

Pongamos que de pronto hablamos de la humildad, esa antigua y olvidada tendencia a igualarnos con los desdichados y a colocarnos en el exacto nivel de su tragedia.

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