22/11/09

El principio de la pasada tarde no se presentó muy bien, así que un amigo anónimo, me propuso ver esta segunda parte de la saga Peñúscrulo, en honor a la noche de insomnio en la que habíamos visto la primera parte meses atrás. La he visto, y la verdad, no me arrepiento de hacerlo, ni Paolo tampoco, y no, no por gusto al filme, sálvenme los clavos de Cristo... qué coño os creíais? Sos indie vos? Sino porque si he de criticar algo, en un porcentaje de veces lo veo, y arremeto mucho más contra ello.


# Comienza la película.

- Hola. Hola.
- Te quiero. Yo también. Yo también pero tú a mi no.
- ¿Me quieres?. No.
- ¿De verdad? sí.
- Pues me suicido. Pues yo también.
- Hasta luego.
- Hola, ¿me quieres?. No lo sé.
- Vale, pues me voy con esos mendigos desnudos y me suicido.
- Me da igual.
- Le quiero, ¿me quiere?. Sí.
- Hola.
- Te quiero. ¿Sí?, si me dijiste que no.
- Ya, y tú te lo creiste fácilmente.
- Claro, porque no te costó dejarme.
- Pues me suicido.
- Mejor no. Te quiero.
- ¿Me quieres?. Sí, te quiero.
- Me quiere.
- Se quieren.
- ¿La matamos?. No por favor, que nos queremos.
- Matadles. No, que nos queremos.
- Vale.
- Me quieres, te quiero.
- Yo también te quiero, ¿me quieres a mí?. A tí no, mira que cara tienes.
- Pues os mato a todos.
- Vale, mejor.
- Hola.
- ¿Te casas conmigo?.

# Fin de la película.


Acabas de ver Crepúsculo: Luna Nueva. Envíame el euro y medio antes de que la SGAE vaya a por mí.

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