30/10/09

JUNO JUNO JUNO JUNO JUNO JUNO JUNO, LA PELÍCULA...




No puedo evitarlo, no puedo evitar que tras haberla visto, esta persona perteneciente a film affinity hable por mí de forma tan brillante sobre uno de los mayores bodrios del cine prepotente y plástico por excelencia, cachisenlamarsaladaytodoloquesemenea, y ya saben la puerta con el cartelito de exit para todo aquel que no comparta mi opinión, pero con todo el respeto del mundo, para gustos colores, aunque con este subproducto dan ganas de borrarlo todo con aguarrás...


Espera, voy a colgar mi hamburguesófono.
"Esta cosa es la comedia indie de rigor que todos los años EEUU exporta con más o menos éxito (véanse los casos de Napoleon Dynamite o la agradable Pequeña Miss Sunshine) y casi siempre mega-hinchada por la crítica que confunde la supuesta frescura de la propuesta con lo rancio de sus resultados.

La principal artífice de estos insufribles 90 minutos es una tal Diablo Cody, afamada bloguera alternativa de esas que se hacen tatuajes hasta en el clítoris y que trata el guión del film como si fuera una entrada de su bitácora. Es decir, sarcasmo impostado y referencias pseudo-cools para que todo el mundo sepa lo oscuros que son sus gustos culturales y el gran conocimiento de la cultura pop que posee. Un ejemplo: en un momento de la película el personaje de Jason Bateman, que guarda una especial conexión “indie” con Juno (Ellen Page), está enseñándole discos y películas a ésta. Saca “El mago del gore” de Herschell Gordon Lewis y le pone un fragmento a Juno. Asombrada , Juno suelta: “Wooow! Esto es mejor que Suspiria!”. Ante esta patochada, alguien con un mínimo de dignidad se saldría de la sala escupiendo hacia la pantalla o borraría el DivX directamente. Pero los hay masocas o poco exigentes. Y el viaje no ha hecho más que comenzar.

Hay algo en esta película, aparte de su autocomplacencia de producto guay, que me enerva profundamente. Son los diálogos. Todos y cada uno de ellos están profundamente construidos con la intención de pasar a la posteridad y formar parte del refranero popular que manejan los asistentes a los conciertos de grupos como L-Kan o cualquier fotologuero que cuelgue fotos de sí mismo a contraluz mientras suelta unas líneas ininteligibles con propósito poético. Además, son tan tremendamente forzados y “graciosos” que compiten en calidad con los de cualquier serie de ficción española de esas que ponen en prime time.
Ellen Page limitándose a ladrar las líneas y poner pose de niñata con actitud. Michael Cera corriendo el peligro de encasillarse en su personaje de “Supersalidos” por siempre jamás y un elenco de actores que cumple correctamente con su papel de monigotes de cómic alternativo e irónico. Uso de la música (claro está: indie folk) desquiciante y continuo, ni los Farrely se atreven a meter tanta canción en escenas de transición. Encima, el tema del embarazo no deseado estaba mil veces mejor planteado y resuelto en Knocked Up. Resumiendo, todo apesta a prefabricado y lo peor de todo: es totalmente inofensiva. Carne de domingo por la tarde y a olvidarla, si tienes estómago.

Le pongo dos estrellitas porque salen 20 segundos del cover de Superstar por Sonic Youth, que me gustan mucho. Ahora me largo al Starbucks a charlar sobre la influencia de J.D.Salinger en las canciones de The Arcade Fire con mis Converse y mi flequillo postizo. El fantasma de Diablo Cody me ha poseído."


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